La lectura de la Letra del Año en Cuba es uno de los rituales santeros más importantes: esta es su historia.
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En este ritual, los babalaos de mayor jerarquía se reúnen para consultar cuáles son las profecías y recomendaciones para el año que viene.
De esta manera, se reciben predicciones para la isla y recomendaciones para vivir un auténtico año próspero.
Se trata de una tradición ancestral que se practica desde inicios del siglo XX.
La lectura de la Letra del Año es una tradición derivada de la práctica yoruba en Cuba.
Historia de la Letra del Año
El precursor de esta práctica, en Cuba, fue el babalawo nigeriano Adeshina Obara Meyi.
Obara Meyi era un fiel practicante de la religión yoruba en Nigeria, pero como muchos africanos fue esclavizado.
Este babalawo se tragó el fundamento representativo del orisha Orula u Orunmila: Adeshina. De esta manera, continúo con sus prácticas religiosas.
La prácticas yorubas estaban prohibidas por los colonos en Cuba. En 1833, los españoles lo forzaron a bautizarse y lo bautizaron con el nombre de Remigio Herrera, también llamado Lucumí.
Seguidamente, lo trasladaron a Matanzas, donde se ganó el respeto y admiración de otros esclavos africanos, recibiendo el título distintivo de «Ño Remigio Herrera«.
Su amo lo envió a La Habana, para ocuparse de un negocio, donde el nigeriano practicaría las tradición de lectura de la Letra del Año.
La primera lectura de la Letra del Año que se realizó en Cuba, la celebraron dos babalawos nigerianos: Ño Remigio Herrera y Ño Carlos Adé Bí (sacerdote del Ifá).
Desde ese momento, Ño Carlos se convirtió en mentor de Ño Remigio en el Ifá; ayudándole a retomar sus prácticas religiosas yorubas.
Como resultado, en una habitación de las bodegas donde trabajaba Herrera iniciaron varias prácticas; empezando por «lavar» el fundamento que Adeshina había tragado.
Ño Carlos se convirtió en el padrino de Remigio en la Isla, fortaleciendo sus conocimientos en la práctica del culto yoruba.
Poco a poco, empezaron a realizar variados rituales religiosos hasta que por fin leyeron la primera Letra del Año en Cuba.
Se creó, en Regla, el Cabildo de Yemayá, y formaron una especie de escuela.
En 1902, Adeshina enfermó y delegó la responsabilidad de este ritual a su ahijado Tata Gaitán. En 1906, Ño Remigio muere.
El babalawo que lo sucedió en la Lectura de la Letra del Año en Cuba fue Bernardo Rojas.
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