Primer caso confirmado de viruela del mono en Cuba falleció

Un italiano falleció el pasado domingo debido a la viruela del mono, en Cuba. Al parecer, por una sepsis por bronconeumonía a germen no precisado y daño múltiple de órganos.

Según el MINSAP, durante la primera atención médica empeoraron los síntomas, por lo que requirió traslado urgente para su hospitalización y tratamiento intensivo, llegando al hospital en parada cardíaca, de la cual se recuperó.

Fallece el primer caso de viruela del mono en Cuba

El turista italiano no tenía otras patologías. Es decir, en su examen físico se encontraron lesiones en la piel que fueron analizadas por el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí.

También, se pudo conocer que se trata de Germano Mancini, de 50 años y comandante de Carabinieri de Scorzè, en la provincia de Venecia. Era natural de Pescara y vivía en Noale. Estaba de vacaciones con dos amigos en Cuba.

Se mantienen aisladas las personas que entraron en contacto con el paciente fallecido, las cuales hasta el momento permanecen asintomáticas.

Estuvo alojado en una casa de renta y visitó varios lugares en provincias del occidente del país.

¿Qué es la viruela del mono?

Es una enfermedad que puede transmitirse de animales a humanos y entre personas. Esta enfermedad se origina en las selvas tropicales de África central y occidental

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, dolor de espalda, poca energía, ganglios linfáticos inflamados y erupciones o lesiones en la piel. Los síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas y desaparecen por sí solos sin tratamiento.

La erupción (en la cara, manos y pies) comienza en el primer o tercer día del comienzo de la fiebre. Las lesiones pueden ser planas o ligeramente elevadas, llenas de líquido transparente o amarillento, para después formar costras, secarse y caerse.

¿Hay riesgo de morir de viruela del mono?

En algunas personas estas lesiones pueden provocar complicaciones médicas e incluso la muerte. Los recién nacidos, los niños y las personas con inmunodeficiencias pueden correr el riesgo de sufrir síntomas más graves y morir por la enfermedad.

Las complicaciones de los casos graves incluyen infecciones de la piel, neumonía, confusión e infecciones oculares que pueden provocar la pérdida de la visión.

¿Cómo se transmite?

Las personas que tienen la enfermedad son contagiosas mientras tienen síntomas (normalmente entre las primeras dos y cuatro semanas). Es decir, las erupciones, los fluidos corporales (como fluidos, pus o sangre de lesiones en la piel) y las costras son infecciosos. Además, el contacto con objetos que han estado en contacto con la persona infectada son un foco de infección. El virus puede propagarse a través de la saliva.

Por otro lado, el virus puede transmitirse de una mujer embarazada al feto a través de la placenta, o mediante el contacto de un padre infectado con el niño durante o después del parto a través del contacto de piel con piel.

¿Existe una vacuna?

Hay varias vacunas disponibles para la prevención de la viruela que también brindan cierta protección. Recientemente, se desarrolló una vacuna para la viruela (MVA-BN, también conocida como Imvamune, Imvanex o Jynneos).

¿Hay tratamiento?

Hay que cuidar la erupción, dejándola secar si es posible o de ser necesario cubrirla con un vendaje húmedo para proteger el área. Evite tocar cualquier llaga en la boca o los ojos.

Se pueden usar enjuagues bucales y gotas para los ojos siempre que se eviten los productos que contienen cortisona.

Para casos graves, puede recomendarse la inmunoglobulina vaccinia (VIG), un antiviral que se desarrolló para tratar la viruela (tecovirimat, comercializado como TPOXX).

Recomendaciones de la ONU

La OMS activó el máximo nivel de alerta por la viruela del mono desde julio, cuando la enfermedad reportaba ya más de 16,000 casos, en 75 países.

En primer lugar, Se puede disminuir el riesgo de contagio limitando el contacto con personas que sospechen tener la dolencia o sean casos confirmados.

También, si necesita tener contacto físico con alguien aquejado de esta afección, motive a la persona infectada a aislarse y cubrir cualquier lesión en la piel si puede (por ejemplo, utilizando ropa sobre el sarpullido).

Lávese las manos, con agua y jabón o desinfectante para manos a base de alcohol, después de haber entrado en contacto con la persona infectada, o con su ropa (incluyendo sábanas y toallas) u otros elementos o superficies que haya tocado o que puedan haber estado en contacto con su sarpullido o secreciones respiratorias (por ejemplo, utensilios o platos).

Lave la ropa, toallas y sábanas de la persona contagiada y los utensilios para comer con agua tibia y detergente. Limpie y desinfecte cualquier superficie contaminada y elimine los desechos contaminados (como los apósitos) de manera adecuada.

Se debe reducir el número de parejas sexuales, y el uso de medidas y prácticas de protección personal, en particular durante concentraciones pequeñas o grandes.

La OMS recomendó intensificar la vigilancia de los cuadros clínicos compatibles con la viruela símica, como parte de los programas nacionales de vigilancia existentes, así como el acceso a pruebas de diagnóstico fiables, asequibles y precisas.

Se les ha pedido reforzar la capacidad de los laboratorios y la de secuenciación genómica, aislar los casos mientras dure el periodo infeccioso, llevar a cabo el rastreo de contactos, y considerar el empleo selectivo de vacunas de segunda o tercera generación contra la viruela o la viruela símica; así como de vacunas para la profilaxis.