Cuando un cubano pregunta «¿Pa donde tumbo la mula a Genaro?» cualquier cubano le responde «Pal suelo». Este dicho tiene una curiosa historia.
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La historia de la mula de Genaro
La historia la contó el periodista Luis Carlos Frómeta Agüero de la siguiente manera:
– ¡Ese soy yo, compay!, el mismísimo jinete, ¡claro, con menos años encima de este cuerpo! -decía con voz ronca (Genaro), retorciéndose el bigote. «Mula mansa, la mía», -comentaba a ratos- Por eso acostumbro a dormir sobre su lomo, conozco la peligrosidad de esta práctica, pero confío en la seguridad de la bestia, no por gusto es mi mascota preferida.
Una tarde fui montado sobre ella hasta la terminal del ferrocarril a esperar la llegada de mi novia Jacinta, procedente de Camagüey, como el tren de pasajeros demoraba demasiado, la amarré debajo de un arbusto cercano y desplazándome sobre su acogedor dorso me acomodé como pude.
La suave brisa y la tranquilidad provocaron el parpadear pesado de mis ojos y pronto el sueño me vino encima. De repente, el pitazo de la locomotora y el chirrido escalofriante de sus ruedas asustaron a la mula, brincó tres veces y en el último salto me lanzó al suelo.
Debido al inusual descenso, perdí el conocimiento, y al recuperarlo estaba en el hospital del pueblo, con la cabeza y la pierna derecha vendadas, junto a mi novia.
Y es que Genaro era un torcedor de tabaco, con discapacidad física, que tenía una mula blanca mansa. Mientras esperaba a su novia en la estación de tren, decidió descansar sobre la mula, que se asustó cuando el tren llegó y lo lanzó al suelo. Genaro perdió el conocimiento y despertó en el hospital del pueblo con la cabeza y la pierna vendadas.
La anécdota anónima dice así
En la estación de ferrocarril de Cuevitas, después de Agramonte, en la provincia de Matanzas, una vez el tren de pasajeros entró repentinamente y el resoplido de la locomotora espantó a la mula blanca que montaba el doctor Genaro Ipina, lanzándolo al suelo. Surgió así la popular expresión de «la mula tumbó a Genaro».
En México, también hay arrieros llamados Genaro que han caído de sus mulas.
