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Cada uno de nosotros guarda en su memoria inolvidables recuerdos de los juegos infantiles cubanos, fueron los momentos más felices de nuestras vidas.
Todos estos juegos nos permitían pasar horas enteras de diversión, mientras nos reíamos a carcajadas, compartíamos nuestros mejores momentos con nuestros amigos y nos lanzábamos a la aventura.
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10 juegos infantiles cubanos
1. El escondido, el cogido y el pegado
Es uno de los juegos infantiles cubanos que se juega con varios participantes. El juego comienza con una persona que se encarga de decir una frase como «piteando» con el tan tradicional «piti piti fú» o «aspirina, vicoplex, salgan todos que se queda usted» para ver a quién le tocaba cerrar los ojos y contar 1, 2, 3. Una vez que el conteo termina, se anuncia la salida en búsqueda y captura de los restantes participantes con la frase «mariquita 1, mariquita 2, el que no se escondió se quedó». Si los jugadores todavía no han gastado suficiente energía, también pueden jugar al «cogío» o «pegao», los cuales tienen sus propias reglas, pero la esencia es la misma, «corre y toca».
2. Tirapiedras
Un grupo de niños cubanos correteaban por el barrio como si fueran personajes de una película western, con sus propias armas rústicas. El principal entretenimiento de estos «chamas» era un artefacto en forma de Y llamado tirapiedras. Estaba hecho con dos ligas atadas a los extremos y era usado para lanzar piedras a cualquier objetivo. También había algunas versiones más seguras para los menos temerarios, conocidos como los tirachícharos o tirachapas, que eran usados para practicar la puntería. Estas armas rústicas eran bien temidas por las ventanas de cristal, que eran vulnerables a los disparos de los niños traviesos.
3. El quemado
El juego quemao es un juego tradicional cubano que se jugaba en la infancia. El objetivo era disparar una pelota a alguien para «encender» una parte de su anatomía, excepto la cabeza. La persona disparada tenía que correr para evitar la pelota. El juego se originó de la combinación de la corredera del juego «cogió» con la puntería del tirapiedras. Era un juego divertido y animado, que generalmente comenzaba en la tarde y terminaba muchas horas después de la noche, ya que los jugadores perdían la noción del tiempo cuando estaban entretenidos.
4. Trompo
El trompo es otro de los juegos infantiles cubanos que consiste en un objeto artesanal hecho de madera en forma de cono atravesado por una punta metálica, a la cual se enrolla una cuerda para hacer que el objeto gire y baila. Aunque estos días es más común que sean hechos de plástico, la técnica para lanzar y controlar el trompo requiere destreza, y los jugadores más experimentados demuestran su maestría realizando malabares y pasando el trompo de mano en mano. El juego se puede realizar en cualquier espacio abierto, como patios de escuelas, parques, etc.
5. Chivichana
Mi abuelo me construyó mi primera chivichana cuando era niño. Estaba hecha de madera con tres o cuatro cajas de bolas y un travesaño que sobresalía de uno de los lados para servir como timón. Estas eran un juguete típico cubano. Para montar chivichana, buscaba una calle empinada para bajarla, y mientras lo hacía, se escuchaban carcajadas y algunos sustos si había curvas. Los más competitivos también se reunían con amigos para hacer carreras. Además, existían carriolas, que eran una versión más rústica de carritos metálicos que entraron a Cuba a finales de los 90. Estas eran un invento muy cubano.
6. Cuatro esquinas
El cuatro esquinas es una forma callejera de jugar al béisbol, pero en lugar de correr para atrapar la pelota, los jugadores caminan. Esta variante ha sido tan popular en Cuba, que ha evolucionado hasta convertirse en el Baseball 5. El terreno para jugar es la calle y los jugadores solo necesitan un bate hecho a mano, como un pedazo de palo de escoba, así como una pelota, ya sea de goma o de trapo. Se necesitan cuatro jugadores para formar equipos y el objetivo es pegar la pelota con el bate de tal manera que vaya cerca del asfalto.
También hay un juego similar llamado taco, que es una versión más económica del cuatro esquinas. Se necesita un bate hecho a mano, como un pedazo de palo de escoba, y una pelota forrada con un material como «teipe» o una tapa de pomo. Los jugadores necesitan golpear la pelota para hacer plays memorables.
7. Yaquis y palitos chinos
Los yaquis y los palitos chinos eran dos de los juegos de infancia más populares en Cuba. Los yaquis requerían un jueguito de 12 piezas, una pelotica de goma o de plástico, destreza y deseo de jugar. Si no había una pelotica «original», una bolita de desodorante se utilizaba como sustituto. Los yaquis también fueron evolucionando con el tiempo, con variaciones como golpear la mesa, arrastrando un dedo, dando dos rebotes a la pelota, y la puntillita. Los palitos chinos, por otro lado, requerían mucha concentración, ingenio y pulso. Las reglas eran simples: no se podía tocar ningún palito que no fuera el que se estaba recogiendo.
8. Papalote
Las chiringas son uno de los juegos tradicionales cubanos que solían ser disfrutados por niños y adultos. Normalmente, cuando había buen viento, los niños salían a empinar sus papalotes lejos de los árboles y los tendidos eléctricos. Para hacerlo, primero se tenían que preparar las chiringas, lo cual podía hacerse con ayuda de los padres o amigos. La Fortaleza de la Cabaña era un lugar popular en La Habana para pasar el tiempo volando estas cometas.
Los participantes podían competir para ver quién podía llegar a la mayor altura, o incluso los más experimentados podían usar una especie de «cuchilla» para intentar cortar el hilo del papalote del rival.
En los años 80, una de las aventuras cubanas más populares de la época, Los Papaloteros, recibió tanta fama que incluso se emitía en televisión y se hizo famosa una canción que decía: «¿Cómo se empina el papalote?: Dándole vuelta al monigote…».
9. Bolas
Las bolas son uno de los juegos infantiles más populares en Cuba. Se trata de un juego de habilidades donde los participantes tienen que lanzar una bola con el objetivo de acercarse a otras bolas. El juego es muy divertido y también es una fuente rica en léxico, ya que hay muchos términos usados por los jugadores para describir la jugada, como «quimbe», «guao», «prima», «pata» y «sola». Estas bolas suelen ser de distintos colores, tamaños y materiales, y solían jugarse en las calles o parques. Aunque en la actualidad es menos común ver este juego entre los niños, durante nuestra infancia fue un entretenimiento imprescindible.
10. Pon
En Cuba, los niños se divertían pintando un cuadro, llamado «pon», en las aceras y calles. Estos cuadros eran hechos con tiza, pero si no había disponible, los niños utilizaban lo que tenían a mano, como una lata de refresco o una piedra afilada. Esto era la única forma que tenían los niños para divertirse y pasar el rato con los amigos del barrio, y así desarrollar la creatividad e inventiva que les caracteriza. Estos cuadros eran numerados, de modo que los niños sabían cuándo era su turno para jugar.
Palabras finales
En aquellos tiempos, no teníamos los modernos juegos electrónicos, como el Wii, el play, la computadora, pero eso no nos impedía disfrutar al máximo de nuestra infancia. Nuestra imaginación se expandía y nuestra creatividad nos llevaba a inventar juegos nuevos que nos permitían entretenernos durante horas.
La infancia cubana es una etapa única e irrepetible, llena de recuerdos inolvidables que permanecen con nosotros para siempre y que nos permiten revivir los momentos más felices de nuestras vidas. Así, cada vez que recordamos esos tiempos, nos sentimos como niños otra vez y podemos revivir nuestras mejores experiencias.
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